De acuerdo a la Asociación Americana de Poligrafía (APA, por sus siglas en inglés), la prueba consiste en tres etapas. La primera consiste en una entrevista previa, que sirve para “orientar al examinado en los procedimientos de prueba, el propósito de la prueba y las preguntas de la investigación”.

En segundo lugar, hay una etapa de recolección de datos en prueba. Allí, APA señala que las preguntas efectivas y relevantes deben ser simples, directas y evitar lenguaje clínico o legal o palabras cuyo significado pueda ser ambiguo. Estas preguntas deben ser respondidas con un sí o un no. Durante esta fase, la persona es conectada a una serie de sensores.

“Los polígrafos miden diversas variables como lo son la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, la conductancia eléctrica de la piel, movimientos respiratorios etc, variables correspondientes generalmente al sistema nervioso autónomo o vegetativo”, explicó a LA NACION Martín Puricelli, psiquiatra y médico legista.

La máquina detecta cambios en los parámetros que mide, que indican si la persona reaccionó de manera diferente a determinadas preguntas

fuente: https://www.lanacion.com.ar/1956702-se-puede-enganar-al-detector-de-mentiras